2.- EL RÍO SERPIS
El río Serpis y su entorno, entre Alcoi y la desembocadura en Gandia, fue declarado en 2007 Paisaje Natural Protegido de la Comunidad Valenciana, por parte de la Conselleria de Territorio y Vivienda. Posee una longitud de 50 kilómetros y una superficie aproximada de 10.000 hectáreas, es un espacio singular por sus valores paisajísticos, ecológicos y culturales, derivados de una relación histórica armoniosa entre el hombre y el medio natural. Los pueblos de este amplio territorio, agrupados bajo el hilo conductor del río, dibujan un itinerario cultural donde el paisaje se transforma en historia. El río, una vez ha abandonado el estrecho paso por la zona montañosa, a través de los espectaculares parajes del barranco del Infierno al Racó del Duc, llega a la llanura por el término municipal de Villalonga. Es, en este lugar, donde el río se ensancha y pierde desnivel, a la vez que va excavando un curso cada vez más profundo, con amplios meandros rebosantes de vida.
El meandro de la Campina – Catorcena constituye un ejemplo paradigmático de esa histórica relación entre el medio natural y la acción del hombre, un paisaje fluvial que integra caminos y sendas, que queda resaltado por la sucesión de campos agrícolas y márgenes de piedra, ganados a la difícil topografía de una cuenca irregular con fuertes avenidas. Nos encontramos ante un espacio de una naturaleza desbordante, se suceden rápidos pedregosos y amplios recesos por los cuales fluye el agua todo el año, que junto a una frondosa y sorpresiva vegetación de ribera, sirve de refugio a una variada fauna, donde abundan aves, peces, anfibios, mamíferos, reptiles e insectos característicos de este tramo del río.
3.- CAMPINA - CATORCENA
3.- CAMPINA CATORZENA
Te encuentras en el huerto conocido como el Alteró, a tú alrededor puedes observar la concentración de fragmentos cerámicos más alta de todo el término municipal. Es parte del yacimiento de la Campina – Catorcena que documenta la intensa romanización de los espacios rurales mediterráneos en el siglo I d.C. Unas magníficas condiciones geográficas, de fértiles llanuras y aguas, junto a una climatología muy favorable, posibilitaron el asentamiento de numerosas villas agropecuarias en la Safor.
Aunque hoy muy arrasada, en la villa de la Campina- Catorcena hay que suponerle un espacio edificado noble como residencia del propietario, junto a varias dependencias y anexos, como las viviendas de los sirvientes, los almacenes, corrales, el lagar o el trujal; pero, sobre todo, la alfarería, de la que quedan restos evidentes en la partida de la Catorcena.
Esta alfarería se sitúa en la orilla derecha del río Serpis, donde los depósitos de las terrazas fluviales son arcillas rojas de calidad, aptas por su aprovechamiento como materia prima. Su producción más representativa fue la de ánforas destinadas al transporte y comercialización del vino y el aceite local, que a través del mar llegaban en barco hasta la península de Italia y Roma. Los tipos más frecuentes son los contenedores de vino, producto que debió de ser la base de la economía de la villa, mientras que las ánforas para el aceite están menos representadas, lo que hace suponer una producción más restringida de aceite. Además, el registro arqueológico documenta la producción de materiales de construcción: tejas, baldosas, tubos, etc.; así como, una amplia muestra de tipologías de cerámicas comunes. Son también abundantes los fragmentos de cerámicas importadas y de lujo, sobre todo de cerámica sigilada.
4.- EL NARANJO
Parece que el cultivo del naranjo llega a nuestras tierras introducido por los árabes ahora hace unos cuantos siglos. Pero no fue hasta entrado el siglo XIX que su cultivo se hará intensivo en las tierras de regadío de la comarca. De hecho en 1851 tan solo había un huerto de dos anegadas plantado de naranjos en el término municipal de Potries. Este nuevo cultivo irá sustituyendo progresivamente los cultivos de frutales y moreras, de viñas y cereales o de maíz y hortalizas, que se habían dado históricamente en la huerta regada con las aguas del río. Paulatinamente, el cultivo se extiende hasta colonizar también los espacios de secano, campos de olivos, algarrobos o almendros desaparecen del espacio agrario a medida que proliferan los pozos y motores de extracción de agua del subsuelo.
Desde entonces los agricultores tuvieron que aprender las nuevas técnicas que requería el cultivo: injertar, podar, sanear, abonos, plagas; así como perfeccionar el proceso de recolección y transporte.
Pero fue la comercialización el motor de expansión de la economía citrícola, la gran demanda exterior favoreció el aumento de industrias complementarias y de la mano de obra relacionada con la recogida y tratamiento de la fruta para la exportación. Por todas partessurgirán almacenes para tratar y comercializar una producción en aumento. Este sector se constituirá desde entonces en la base de la economía comarcal, además de una seña de identidad de los habitantes de la Safor y de la Comunitat Valenciana. Un bagaje cultural propio que tenemos que conservar ante el periodo de crisis que afecta el campo valenciano, y más concretamente al cultivo intensivo del naranjo.
6.- LLEGADA A POTRIES
Te proponemos un sosegado paseo por las tranquilas calles del pueblo, por rincones que conservan toda la autenticidad de los pequeños y típicos asentamientos rurales con siglos de historia. Descubre dentro de sus muros el singular patrimonio monumental y etnológico que de generación en generación, han sabido conservar vivo los habitantes de Potries.
El núcleo histórico presenta la tradicional disposición de los pequeños cascos urbanos medievales, de indudable origen andalusí, asentados entre los cerros montañosos y las llanuras cultivables. Este hecho condiciona la morfología de la trama urbana, con calles estrechas, sinuosas y, a menudo, empinadas. La mayoría de los edificios son herederos de la arquitectura vernácula desarrollada entre finales del siglo XVIII y principios del XX; conservando, esto sí, la tipología clásica de las casas tradicionales de agricultores.
7.- HACIA LA VÍA VERDE DEL SERPIS
Una vez en Potries podemos enlazar con la Vía verde del Serpis (dirección Villalonga), así se denomina al antiguo trazado ferroviario del tren de los ingleses. El trazado es un museo natural al aire libre donde cruzaremos uno de los parajes más espectaculares de la comarca de la Safor: el Racó del Duc.